Hoy traemos un tema intenso pero sobre el cual es necesario hablar... la carga mental. Es algo que también hay que compartir. Porque hay que pensar que las mamás y los papás se tienen que ocupar del menú semanal, de la ropa que tienen que llevar los niños al día siguiente, si hay extraescolares o no. Y todo va dejando poso, poso, poso. Pero todo eso también se puede repartir.

Se puede y se debe repartir. Realmente la carga mental que se oye tanto y que en inglés el término que se utiliza es “burnout” para decir que uno está que ya no puede más. ¿Qué es la carga mental? Un sobreesfuerzo que normalmente recae en la mujer, también hay algunos hombre que seguramente si se ocupan de todo lo que vamos a comentar a continuación también lo sufran, y que va muy unido a la maternidad. No ya tanto a las parejas sino a cuando llega un nuevo miembro a la unidad familiar.

La carga mental te hace estar en alerta, siempre, en alerta las 24 horas produciendo un estado de tensión al estar muy pendiente de muchísimas cosas que debieran repartirse entre todos.

¿Y cómo se debe comunicar que estoy saturado, saturada, que no puedo más? Al ser una cosa más que está invisibilizada lo importante es la comunicación. Volvemos a lo anterior porque estar pendiente de todo supone gestionar horarios, citas con el médico, entrenamientos, tutoría. Compatibilizando todo con el trabajo personal de uno mismo fuera de casa más las tareas del hogar.

Por la sociedad o por la cultura que tenemos muchas veces la madre perfecta, por decirlo así cuando se es madre, tiende a coger todo. Es capaz de con esto puedo, con esto otro puedo. Y lo que conseguimos es llenar esa mochila que al final estalla.

Es muy importante poner en relieve la carga mental que no se ve. Y que hay un montón de cosas que creo lo mejor sería hablarlas. Haciendo una lista conseguimos en primer lugar visibilizarlas. Al final qué ocurre. Lo que comentamos en el libro de Pequeños Amos de Casa que se titula Tareas compartidas familia feliz. Uno de los capítulos se denomina carga mental y ahí comparamos a mamá con un móvil. Ese dispositivo tiene instalada una App, denominada carga mental, muy grande y que ocupa la mayoría de la memoria del teléfono. De este modo, queda muy poquito para uno mismo, para el ocio y para lo que nos hace sentirnos bien y felices. Cuando estamos con esta carga mental estas cosas no existen. Es necesario dedicarte tiempo para ti y tiempo para la pareja.

En el momento en el que el bote se va llenado con carga, carga y carga hacemos la lista. La comunicamos y toca repartir. Agrupamos según tipos de responsabilidad y preferencias de cada miembro de la familia, incluidos los más pequeños dentro de lo que se pueda por edades. El objetivo es aligerar y que uno no esté tan alerta para evitar que se muestre la carga mental y todo lo que conlleva en términos de irritabilidad, ansiedad y de no estar contento consigo mismo.

Si queremos bien a los que están a nuestro alrededor tenemos que descargar esa carga mental y repartirla entre todos.
Una vez más compartir para conseguir bienestar en la familia.