Se necesita un cubo con escurridor, agua, una fregona y detergente. No llenamos el cubo demasiado sólo hasta la mitad. Añadimos detergente al agua. Cogemos la fregona con la mano derecha arriba y la mano izquierda abajo. Escurrimos el agua apretando y con movimientos circulares. Escurrimos bien la fregona para que no gotee. Tras fregar una zona enjuagamos la fregona y volvemos a escurrir. Insistimos en los bordes.